Conversaciones con el arlequín

- Señoras y señores, ¡qué linda noche de luna llena!
 
- No sé por donde estuve viajando durante tanto tiempo, ¡yo pensaba que ustedes se habían muerto!
 
- Nena, ¿venís de Marte?
 
- De un lugar donde la gente vive haciendo click.
 
- ¡Pah! ¿Y sólo hacen click?
 
- No, también mueven un ratón y se quejan.
 
- ¿De los ratones?
 
- No, del IRPF, de Mujica, Peñarol, Nacional, el frío, el calor, las filas en las oficinas públicas,  los precios, ¡de la seguridad!
 
- ¡Qué lista tan larga!
 
- Esos tipos se quejan, no hacen nada, ¡no son hombres de acción!
 
- ¡Qué macana!
 
- Y unas señoras dicen ¡Santísima Virgen sin Pecado Concebido!, y usan polleras y cuellos almidonados, el Tabaré y la María Julia aprobaron en un acto la Ley de la Aspirina en las Rodillas, ¡es la única píldora que se va permitir!
 
- ¡Pah! ¿Y el DIU?
 
- Esa es una T de cobre mortal, y los muertos… que no le avisan ni al BPS ni a la DGI que se murieron y entonces se caen los sistemas, y el BROU les deposita el sueldo en Tanganika. Pero, ¡qué bien que te queda la cara pintada! ¿Donde compraste esa capa verde? ¿Te invitaron a la fiesta de Dionisio Bello?
 
- No, es la capa del tablado.
 
- Che, ¡qué laburo con los trajes!
 
- Viste como estamos, todo el mes de tabla en tabla.
 
- ¡Pah! Yo yendo  del supermercado a la oficina, haciendo un click y atendiendo al Joven Manos de Tijeras.
 
- ¿Y ese?
 
- ¡Todo lo que toca lo …!, tenía que hacer un click pero hizo un clack, yo vengo de un lugar de rutinaria tecnología, hacemos debates sobre la muerte de los mosquitos, de cual será el Ace que deja la ropa más blanca, y cómo rehogar las cebollitas para que lleguen a su punto justo, traemos el aceite especialmente de Arenal Grande, compramos al por mayor, lo usan Sarita, Raquel y Estercita.
 
- ¿Así que hay un aceite mágico?
 
- ¿Vos querés? ¡Te compro! Somos ecónomas de nuestro hogar, nos preocupan las manchas en la cola de los bebés que les dejan los pañales, ¿ves porqué no tenía tiempo para venir al Carnaval? ¡Pero cuánta gente que hay! La última vez que fui a un tablado fue en El Jardín de la Mutual, estaban “Araca la Cana” y “Falta y Resto”, no sabía que ahora había murgas tan copadas, ¡Arriba Queso Magro! Yo no entiendo mucho de murgas, ¡sh! No le digas a nadie, la verdad es que tengo un lío bárbaro con esta cosa de las comparsas, las murgas y los parodistas.
 
- ¡Es imperdonable lo tuyo!
 
- No te enojes, estuve en un interminable viaje por la Institución del Matrimonio.
 
- Qué suerte que volviste, che.
 
Anna Donner Rybak © 2012

Llamadas

Unas gotitas imperceptibles aspiraban paralizar la alegría; mas sólo derivó en bufonada. Los adoquines lustrados, los zaguanes expectantes revelaban la gran fiesta. Travesía del Medio Mundo, el farolero, el aguatero, la mazamorrera, la lavandera son revelados por el pregonero, suena la una con rayos de luna, suenan las dos diciéndote adiós, asomándose del Figari crucificado en la pared de quien sabe qué museo; hoy toca estar en el mundo y ser protagonista.
 
La noche está húmeda, no obstante la lluvia tiembla al renunciar. Emergen las reinas ataviadas de blanco y de piel ébano. El eco de las lonjas sobrevuela los barrios Sur y Palermo. Candombe, tambor y gentes vestidas con lentejuelas, caras pintadas de colores, caderas que sonríen al compás de sus cadencias. Mujer y lonja, conjunción divina, cuerda de féminas tamborileras. Desde los zancos y plataformas, féminas danzan sobre adoquines, sus pieles ébano emperifollas de aceite dorado, sus rostros alegres, caras pintadas, coronas de plumas, sus sueños y anhelos pincelados en su baile, el aire embriagado por su espíritu carnavalero. Raíces que vuelan en los lienzos de sus banderas y se mecen sobre mares de cabezas. Alegría negra que hiberna durante trescientos días al año; sólo ve la luz al compás de las llamadas. Y hacen vestidos tardando meses ser cosidos, tardando meses pegárseles las lentejuelas, trescientos sesenta y cinco días al año preparando carnaval para mostrar a un mundo que otro mundo existe en Medio Mundo.
 
Suena la una con rayos de luna, suenan las dos diciéndote adiós, es el fin y comienza la pena, sólo dos días de protagonismo y otra vez a hibernar, está bravo para comer y se viene un invierno frío. Entonces ellas soñarán la próxima llamada, mientras pelean la luz, el gas y el agua, mientras el mundo de afuera del medio mundo les pide no existir.
 
Anna Donner Rybak © 2012